lunes, 23 de noviembre de 2015

POR EL FUTBOL SE MUERE

Un fin de semana Juan se encontraba escuchando la radio cuando anunciaron una noticia que iban a regalar dos entradas para el clásico del Perú Alianza Lima vs Universitario de Deporte. Él era hincha del Alianza Lima le conto a sus padres y ellos muy contentos aceptaron darle los datos para que entrara en el sorteo.
Al día siguiente escucho los resultados del sorteo el cual lo dio a Juan como ganador de las dos entradas, el muy contento les conto a sus padres de que había ganado y les pidió permiso para ir con su mejor amigo Luis.
Llego la hora. Luis y Juan fueron al estadio nacional del Perú.
Comenzó el partido, el equipo de la U metió un gol pero las barras bravas del Alianza Lima comenzaron a gritar y a armar peleas con la barra contraria.
Al terminar el primer tiempo siguieron los enfrentamientos, comenzó el segundo tiempo, el equipo del Alianza Lima puso el gol de empate. Juan y Luis se alegraron por el equipo de sus amores.
Faltando siete minutos para que acabe el partido el jugador de la U cometió una falta grave que según algunos de las tribunas era penal, pero el árbitro no cobro nada, ocasionando que las dos barras bravas comenzaran a insultarse y a atacarse. Luis y Juan estaban enojados ya que ellos estaban de acuerdo que era penal para el equipo de sus amores.
Al finalizar todo, comenzaron los conflictos entre las barras bravas, se tiraban botellas de vidrio, bombas, insultos, hasta que llego la policía pero todo se empeoro por que la policía tuvo que usar la fuerza para calmar el conflicto, en medio de todo esto estaban personas inocentes como Juan y Luis que solo habían ido a disfrutar el espectáculo de manera sana. Pasando el tiempo y todo era peor, hasta que a Juan le cayó en la cabeza una piedra muy grande con una botella, el quedo herido y un policía vino a auxiliarlo.
Llegando al hospital lo internaron pero lamentablemente su cabeza estaba muy mal herida, ocasionándole una agonía de tres horas frente al sufrimiento de sus padres finalmente Juan se convirtió en una víctima más de las barras bravas.

Autora: Akira Aponte Mena



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