TAITA QUE NO HAYA MAS VENGANZA
Estábamos todos reunidos en familia esperando que apareciera
la tía Elena o para algunos de mi familia simplemente la mamita, ella había
nacido en la región Piura y actualmente vivía en el barrio San Martin. Venía a
Sullana a la casa de mi abuela paterna para una ocasión especial, esta vez era
por el cumpleaños de mi tío.
Allí iba apareciendo sin ningún apuro, tenía los cabellos
blancos largos como los míos de gran porte, con la mirada tranquila y una voz
dulce que la caracteriza, todos estábamos impacientes por escuchar una de sus
tantas historias que tenía en su mente.
Ella se sentó y comenzó a relatar.
Hace mucho tiempo cuando había unas cuantas casas en el
barrio San Martin, recuerdo a mis vecinos doña Verónica, don Pancho, mi
compadre Cipriano que recién nos habíamos instalado con la esperanza de tener
un buen futuro para nuestra familia.
Pasando los días llego una joven pareja recién casados que pronto tuvieron un hermoso
hijo llamado Manuel, pasando el tiempo todo iba muy bien cada vez habían muchas
más familias en el barrio. Yo vivía entre la casa de la joven pareja y de mi
compadre Cipriano.
Lamentablemente cada vez eran más constantes las peleas
entre la pareja, habían muchos gritos y reproches. Una vez escuche por allí que
el problema era porque el padre de
Manuelito había tenido otra mujer pero que la había dejado por que solo había
sido un error y no quería perder a su familia.
Pero eso no quedo allí ya que una vez sucedió algo
sorprendente mi compadre y yo estábamos conversando y escuchamos los gritos de
Manuel, así que decidimos ir a ayudarlos, mi compadre llevaba su hacha, abrimos
la puerta y el niño estaba solo en su casa y alrededor de él había una lechuza
de color negro, mi compadre la mato con el hacha pero no boto ni una gota de
sangre, en seguida trajimos una caja para echar allí el animal, que nosotros
pensábamos que había sido un mal que había sido mandado por la otra mujer con
la que estuvo el papa de Manuelito con el fin de hacerle daño al niño, ya que
en ese tiempo la brujería la practicaban por volverse famosos o porque no
tenían nada que hacer, siendo ese motivo
de grandes venganzas como muertes de familias enteras.
Enterramos la caja en medio del camino frente a mi casa.
Después contamos lo sucedido a la madre del niño pero ella no creía en esas
cosas.
Pasando los días dijeron que una señora pasaba con sus
chanchos y que tres de ellos, desenterraron la caja y se comieron a la lechuza,
poco tiempo después se murieron los chanchos, pero también se fueron muriendo
tres hijos de la señora desde el más mayor hasta el más menor sin que supiera
la causa de la muerte de sus hijos.
A mí se partía el corazón ver los cajones de los tres hijos
que pasaron por mi casa pero además tenía un poco de culpa por que si mi
compadre o yo le hubiéramos avisado a la señora tal vez hubiera salvado a uno
de sus hijos.
Pero allí no termina la cruel venganza sino que también
dicen que la señora se volvió muy triste por la muerte de sus hijos y fue
envejeciendo de manera muy rápida y que decir de Manuelito, finalmente sus
padres se separaron y se fueron del barrio, años después Manuel regreso al
barrio ya era un hombre pero para sorpresa de todos el ya no era igual sino
ahora tenía trastornos mentales y vivía solo en la casa donde la lechuza en su
niñez lo asusto.
Bueno esa era la historia de una venganza muy cruel que
ahora todos los vecinos del barrio pedimos a nuestro taita que ya no regrese.
La tía Elena se paró y se fue a su cuarto a descansar ya que
eran más de las diez de la noche.
NOTAS DE LA AUTORA: Este es un relato que nos contó nuestra
tía Elena y es una mal experiencia que le paso en la vida real y no en la
fantasía.
AUTORA: Aponte Mena Akira Esteisy
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